A veces tengo la sensación de que no nos damos cuenta, o de que mucha gente no se percata de la importancia y base fundamental, sobre la educación de los niños, en un sistema en donde la educación, quizás sea que la sociedad actual está sumida en un profundo sueño, sueño de fantasmas etéreos inexistentes, de basura mental. Y cuando hablo de educación, no me refiero exclusivamente a la que se da en los centros de educación, sino más bien, la educación de los padres hacia los hijos. La educación moral, de valores primordiales y básicos para el respeto y la armonía de una sociedad madura y completa. Palabras que ya he repetido hasta la saciedad, y no me cansaré, tolerancia, respeto, amistad, entendimiento y otros muchos, son esos valores que pienso son básicos para la construcción, no ya solo, de un buen país, sino a gran escala ya, de la construcción de una humanidad planetaria social, en encuentro con sigo mismo, y en paz. Quizás no suene desproporcionado, como muy lejos todo esto, pero si bien es cierto, que puede estar lejos, todo se crea y se hace desde la base. Nadie construye una casa por el tejado. De esa manera, es básico inculcar estos valores en la niñez y a la juventud de hoy y la que vendrá. En cierto modo, es como una semilla de esperanza, hacia una nueva forma de vida social, donde el respeto hacia los demás y a todos, es la norma. Se que es un trabajo difícil, y seguramente en muchos casos, casi imposible, por el carácter de algunos niños, pero merece la pena el esfuerzo. Evidentemente, no se trata de echar todo el peso y culpa de la actitud social, de la educación y formación de los niños y jóvenes, a los padres, ya que en su formación influyen otros muchos factores, como son, las amistades o entorno del colegio, amigos del barrio, número de hermanos, etc. Incluso hasta el tipo de juguetes, puede ayudar a su mejor desarrollo. Creo que deberíamos entender y aprender a dar una educación más constructiva a nuestros hijos, basada en el aprendizaje y la compresión, en la amistad y el compañerismo y menos en la amenaza o incluso en pegar físicamente, muchas veces, algo normal por cualquier tontería. Todos con un poco de cordura, sabemos lo que puede afectar estas cosas en esa edad y a la larga en su vida. Los niños, son la sociedad del futuro. Lo que les enseñemos hoy, será lo que habrá en el mundo, el siglo que viene.
