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Mas alla de la imagen!...

martes, 11 de septiembre de 2012.

Hace poco una amiga mía se dio cuenta que sólo es capaz de verse a sí misma a través de los ojos de otras personas. Un asesor le preguntó cómo se veía, y ella contestó que la gente decía que ella era atractiva, inteligente y que se divertía estando con ella. Al ser animada a ir más allá en lo que veía, se dio cuenta con horror que no veía nada, sólo un reflejo de sí misma en los ojos de otras personas, y que estaba experimentando un profundo sentimiento de estar desconectada de sí misma.

Es un sentimiento aterrador cuando no sabemos quiénes somos. Muchos de nosotros no lo sabemos, o bien hemos llegado a un punto en nuestra vida donde estamos seriamente buscando algo de luz y claridad. Nunca antes estuvimos tan necesitados de un poco de antigua sabiduría espiritual en lugar de una explicación material, de lo que somos. Durante mucho tiempo hemos estado atrapados en una identidad basada en factores externos, como nuestro trabajo, el aspecto, talentos y relaciones. Hemos buscado en otras personas, situaciones y circunstancias que nos definan, para reafirmarnos y para que sean la fuente de nuestra alegría. Nos hemos perdido en compararnos con los demás o midiéndonos a través de estándares o normas materiales de éxito y logros.

Para librarnos de esta confusión, tenemos que cambiar nuestra percepción del ser, de una conciencia del cuerpo a una conciencia del ser espiritual, más allá de de la forma. El estado natural del alma es la fuerza interna y la más alta expresión del alma es la de expresar esta fuerza en la forma de amor, confianza, valía, y muchas otras cualidades positivas. Cuando fijamos firmemente el centro de gravedad de nuestro ser en esta fuerza, nos experimentamos por encima de cualquier circunstancia por la que tengamos que pasar en la vida cotidiana, de modo que ante los retos que nos presenta la vida podemos mantenernos firmes y sólidos.
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Tanto he pensado en Ti,

miércoles, 14 de septiembre de 2011.

Tanto he pensado en Ti,
que mi ser cambió a Tu Ser,
paso a paso Te acercaste a mi,
poco a poco me alejé de mí.
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Borges – Historia de la Noche

martes, 18 de enero de 2011.

De la verdadera poesía, aquella que lleva al Poeta a contemplar el Tiempo y los mágicos laberintos del Universo, rescatamos una pieza de versos que evocan gratos suspiros e imágenes para la plenitud del alma.



Metáfora de las Mil y Una Noches(fragmento)

El sueño se disgrega en otro sueño
Y ése en otro y en otros, que entretejen
Ociosos un ocioso laberinto.


En el libro está el Libro. Sin saberlo,
La reina cuenta al rey la ya olvidada
Historia de los dos. Arrebatados
Por el tumulto de anteriores magias,
No saben quiénes son. Siguen soñando.
La cuarta es la metáfora de un mapa
De esa región indefinida, el Tiempo,
De cuanto miden las graduales sombras
Y el perpetuo desgaste de los mármoles
Y los pasos de las generaciones. Todo.
La voz y el eco, lo que miran
Las dos opuestas caras del Bifronte,
Mundos de plata y mundos de oro rojo
Y la larga vigilia de los astros.
Dicen los árabes que nadie puede
Leer hasta el fin el Libro de las Noches.
Las Noches son el Tiempo, el que no duerme
Sigue leyendo mientras muere el día
Y Shahrazad te contará tu historia


Jorge Luis Borges
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Fragmento

viernes, 16 de julio de 2010.

Busca la flor que debe abrirse durante el silencio que sigue a la tormenta y no antes. La planta crecerá y se desarrollará, echará ramas y hojas y formará capullos, en tanto que continúa la tempestad y el duro combate.

Pero mientras la personalidad toda del hombre no se haya disuelto y desvanecido; mientras que el divino fragmento que la ha creado no la considere como mero instrumento de experimentación y experiencia; mientras la naturaleza toda no esté vencida y se halle subyugada por su yo superior, no puede abrirse la flor.

Entonces sobrevendrá una calma como la que en los países tropicales sucede a una lluvia torrencial, cuando la Naturaleza obra con tanta rapidez que puede verse su acción. Una calma semejante se difundirá sobre el espíritu fatigado.

Y en el silencio profundo, ocurrirá el misterioso suceso que probará que se ha encontrado el sendero. Llámesela como se quiera, es una voz que habla donde no hay nadie que hable; es un mensajero que viene, mensajero sin forma ni sustancia, o bien es la flor del alma que se ha abierto.

No hay metáfora que pueda describirlo. Pero se puede presentir, buscar y desear, aún en medio de la furia de la tempestad. El silencio puede durar sólo un momento, o bien puede prolongarse un millar de años, pero tendrá fin.

Sin embargo, en ti residirá su fuerza. Una y otra vez tiene que darse y ganarse la batalla. El reposo de la Naturaleza sólo puede ser un intervalo.

Mabel Collins - Luz en el sendero

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Decreto por la tierra

martes, 2 de marzo de 2010.

En el nombre de la gente de la tierra, que ha disfrutado de tu hospitalidad durante tantas centurias, te decimos: ¡que Dios te bendiga! ¡Permite que la humanidad ahora te sirva, hasta que seas devuelta a la belleza, perfección, armonía y balance que tenías antes de que nosotros, tus huéspedes arruináramos tus bellas vestiduras¡ Por la múltiples primaveras, con la belleza que trajo esperanza y promesa a la tierra... ¡gracias! Por la riqueza de la cosecha te damos gracias, por la mismísima plataforma sobre la cual descansan los pies de la raza con toda seguridad, dilucidando sus destinos individuales, ¡te damos gracias!

A todos aquellos que han servido contigo, el reino de los ángeles, los elementales, los grandes directores de los elementos del agua, aire, fuego, tierra y éteres, les decimos: ¡que Dios los bendiga! El fíat de la ley cósmica requería que ustedes emitieran más luz.

Fue la humanidad la que opacó esa luz. ¡Es nuestro decreto que la humanidad ahora se levante y les devuelva su luz natural! ¡OH, dulce tierra, te amamos! recordamos muchas horas felices en tu superficie.

Volveremos a verte brillando de nuevo con la luz del sol. Ni siquiera Venus, con toda su gloria celestial, llevara vestidos más bellos que los tuyos, tejidos con el amor de aquellos de nosotros y de toda la humanidad que estamos agradecidos por tu hospitalidad, paciencia e indulgencia.

Queridos amigos y amigas, os invito a hacer este Decreto , por nuesto amado planeta Tierra. Que Dios los bendiga y guarde con bien.
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Pedir una señal

sábado, 26 de diciembre de 2009.

Hay muchas incertidumbres en la vida. Una de las cosas hermosas sobre la Kabbalah es que nos enseña cómo conectarnos a otro mundo en donde hay certeza, donde hay respuesta a cada pregunta. Esto se llama: pedir una señal.

La mejor técnica que he encontrado para obtener señales es pedir una respuesta a una pregunta específica antes de ir a dormir (idealmente después de leer atentamente una porción de El Zóhar). No se trata de pedir: 'Muéstrame quién es mi alma gemela' sino más bien: '¿Es fulano/a mi alma gemela?'.
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Las alas son para volar

miércoles, 2 de diciembre de 2009.

Cuando se hizo mayor, su padre le dijo: “Hija mía: no todos nacemos con alas. Si bien es cierto que no tienes obligación de volar, creo que sería una pena que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado”.

-Pero yo no sé volar –contestó la hija.

-Es verdad... –dijo el padre. Y, caminando, la llevó hasta el borde del abismo de la montaña.

-¿Ves, hija? Este es el vacío. Cuando quieras volar vas a venir aquí, vas a tomar aire, vas a saltar al abismo y, extendiendo las alas, volarás.

Ella dudó. -¿Y si me caigo?

-Aunque te caigas, no morirás. Sólo te harás algunos rasguños que te harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.

La hija volvió al pueblo a ver a sus amigos, a sus compañeros, aquellos con los que había caminado toda su vida.

Los más estrechos de mente le dijeron: “¿Estás loca? ¿Para qué? Tu padre está medio loco... ¿Para qué necesitas volar? ¿Por qué no te dejas de tonterías? ¿Quién necesita volar?”.

Los mejores amigos le aconsejaron: “¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas despacio? Prueba a tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol. Pero... ¿desde la cima?”.

La joven escuchó el consejo de quienes le querían. Subió a la copa de un árbol y, llenándose de coraje, saltó. Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas pero, desgraciadamente, se precipitó a tierra.

Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre.

-¡Me mentiste! No puedo volar. Lo he probado y ¡mira el golpe que me he dado! No soy como tú. Mis alas sólo son de adorno.

-Hija mía –dijo el padre-. Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en paracaídas: necesitas cierta altura antes de saltar.

Para volar hay que empezar asumiendo riesgos. Si no quieres, lo mejor quizá sea resignarse y seguir caminando para siempre.
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El Mito de la Caverna

sábado, 7 de noviembre de 2009.

Platón, además de un hito esencial dentro de la filosofía occidental, es un estupendo narrador de mitos, que no sólo ocupan cierta extensión en su obra filosófica sino que destacan en el conjunto de las páginas platónicas por su fuerza poética y plástica y su seducción intelectual. El mito impacta la imaginación y deja un rastro fascinante en la memoria. Resulta sorprendente que Platón no renuncie, ni siquiera en la República un diálogo de una alta elaboración filosófica, a los mitos como forma de expresar la verdad; de hecho, recoge quizá los más discutidos y enormes de toda la Historia. Uno de ellos, el Mito de la Caverna, es el tema de este artículo

El mito de la caverna

Imaginemos una caverna bajo tierra , en la que los espectadores están sentados de espalda a la entrada y de cara a la pared. Estos espectadores están cautivos, atados con cadenas, de manera que sólo pueden mirar hacia la pared del fondo. De la caverna sale un camino en pendiente, áspero, hacia el exterior.



Para los espectadores es como si no existiera la luz natural, de ahí la necesidad de un fuego bien dispuesto. Hay una tapia entre el fuego y los espectadores, y entre ella y el fuego desfilan hombres portando objetos. Estos objetos proyectan sombra en la pared de la cueva, y esas sombras son lo único que ven los espectadores. Además la pared-pantalla tiene eco, y por eso para los cautivos parecen venir de ellas las palabras que pronuncian los hombres que pasan detrás de la tapia.



Un Platón de nuestro siglo hubiera supuesto un micrófono y un altavoz. Queda claro que las sensaciones son totalmente indirectas. Los prisioneros sólo ven sombras producidas no por el medio natural de la luz del sol sino por algo que es remedo, el fuego (sombra del sol), y no oyen la voz humana, sino el eco (sombra de la voz).



Viven entre sombras de sombras.



Es así como se nos hace del todo patente los miserable de su condición. No tienen conciencia ni de sí mismos ni de cuanto les rodea, y como están atados no pueden ver ni concebir otra realidad distinta, ni que exista otra vida diferente de la ellos mismos llevan.



Platón afirma que los prisioneros de la morada subterránea son iguales a nosotros, por extraño que a primera vista pueda parecer. El estado físico de estos trogloditas es en lo espiritual el estado general de la Humanidad. Tenemos de nosotros mismos y de lo que nos rodea visiones deformadas por los prejuicios, pasiones, modas y distorsiones de toda índole que nos mantienen encorvados y fija la mirada en una sola dirección: los intereses de los amos de la caverna.



Mito de la Caverna - Liberación

Nos propone Platón que desatemos a uno de los prisioneros. Debido al tiempo que lleva en esa posición, tendrá los músculos entumecidos y le costará ponerse en pie y caminar, pero aunque resulte difícil, le obligaremos a subir por el sendero que conduce al exterior.



Al acercarse a la boca de la caverna, quedará deslumbrado por la claridad solar, le dolerán los ojos, creerá haberse vuelto loco y querrá volver a la tranquilidad de la caverna donde todo era conocido. Para acostumbrarse deberá empezar a observar de noche, con la luz de las estrellas y la luna. Luego podrá ver de día las imágenes reflejadas en las aguas y las sombras; más tarde verá los árboles, los pájaros, las fuentes, podrá mirar las cosas en sí, y finalmente será capaz de ver el sol, y de darse cuenta de que gracias a él existe todo y que es la causa de la vida.



Mito de la Caverna - Simbolismo

Mares de tinta se han vertido sobre la interpretación del Mito de la Caverna, y como todo mito, tiene diferentes claves, unas más visibles y otras más profundas. Vamos a relacionar la caverna con la línea de conocimiento de Platón. Con esto pasamos ya del sentido literal a su sentido alegórico, simbólico, prolija y expresamente declarado por Platón mismo.



La caverna corresponde al primer segmento, representando el mundo visible, sensible. El primer subsegmento es el de las imágenes proyectadas, las cosas que no hemos experimentado, las que nos han dicho, nos han contado: la conjetura.



El segundo corresponde a los objetos mismos, a los hombres que manejan estos objetos y engañan (los amos de la caverna). Representa la opinión, peligrosa, pues no es aún sabiduría, no es realidad. La caverna entera representa la ignorancia y la oscuridad.El segundo segmento es el mundo exterior al que llega el prisionero que puede evadirse del antro, y representa el mundo de los objetos inteligibles, el verdadero saber, la Sabiduría.



Los reflejos y sombras que el fugitivo se ve obligado a contemplar en los primeros momentos son las cosas que se pueden razonar y discutir. Los objetos reales que podrá mirar al habituarse a la luz son las Ideas. Y la visión que al final sea capaz de tener del sol cara a cara será la visión inteligible de la Idea del Bien (la máxima concepción platónica que une todos los aspectos de la virtud, lo bueno, lo bello, lo justo, lo verdadero).



El Bien es la causa por lo que todo es. Es el aspecto más luminoso del Ser. Como el Sol que es el que da la vida a nuestra Tierra, el Bien da vida a las ideas. Intelección Mundo Inteligible Sabiduría Pensamiento discursivo Opinión, fe Mundo sensible Ignorancia Conjetura En el mito, además, los hombres de la cueva acaban por sentirse hasta cierto punto contentos con su suerte.



Con su fina percepción de la naturaleza humana, no los representa Platón gimiendo y llorando, sino consagrados concienzudamente a una singular actividad, la única a su alcance: identificar con toda exactitud las sombras que desfilan y su orden de sucesión, a fin de poder predecir cuándo volverán a pasar éstas o aquellas.



De esta actividad hacen un certamen regular y lo toman con tanto ardor, dice Platón, que se otorgan entre ellos premios, recompensas, honores, adjudicados a los más hábiles en este arte de identificación y predicción. La caverna entera funciona como un maquinaria manejada por sus amos, que se aprovechan de los deseos necesarios e innecesarios de los esclavos, conocen sus gustos, pasiones, debilidades y se aprovechan de ellos en beneficio propio.



Mito de la Caverna - el Político platónico

No puede concebirse un miseria mayor que la de estos infelices, y no tanto por su tortura física, sino por su total ignorancia intelectual y moral. Cuando alguno de los presos rescatado del antro, que ha salido al exterior, se acuerda de sus antiguos compañeros de cautiverio y su lamentable estado, es posible que decida volver. No porque le guste regresar a la oscuridad de la caverna, sino por solidaridad con sus compañeros, para contarles lo que ha visto.



La mayoría de las veces, como llega cegado por la luz del sol, no ve las sombras y tropieza. Por eso, los cautivos se mofan de él y le dicen que se ha vuelto loco al salir de la caverna. Peor aun, si trata de hacerles ver lo lamentable de su situación, el resultado será que se enfurezcan contra él y que, si pudieran, le matasen. Palabras terribles que se han comprobado muchas veces en la Historia. Véase el caso del mismo Sócrates, la quema de Miguel Servet, Giordano Bruno y tantos otros.



Esta es la explicación de por qué siempre, en todo lugar, hay una inquisición, cazadores de librepensadores que odian la libertad de pensamiento y el estudio comparado y queman en persona o en efigie, con propaganda destructiva y acusadora, a cuanto grupo, hombre o mujer, les impida seguir con su juego de proyectar y con su manejo de la caverna.



El prisionero que asciende, sale de la cueva y contempla el mundo real, representa la ascensión del alma al mundo de las Ideas, el sendero del filósofo. Y cuando vuelve se convierte en el verdadero político platónico, que reúne todas las virtudes morales desde la honradez a la justicia, del saber al saber hacer. Es el que, una vez conocido todo lo que es, vuelve a contar sus nuevas experiencias al aire y al sol y en la libertad, para ayudar al la liberación de las cadenas y así poder ascender al mundo inteligible.



Mito de la Caverna - La Luz

En esta meditación sobre la condición humana hay una gran enseñanza. Así como a los cautivos no hay que darles la vista que ya tienen, sino hacerles volver sus ojos de las tinieblas a la luz, otro tanto habrá que hacer con su alma, ya que en ella existe la facultad de aprender y lo único que hace falta es orientarla en la dirección correcta.



Y así como los forzados de la caverna no pueden ver la luz natural, tan lejana a ellos, con sólo volver la cabeza, sino que han de hacerlo con todo el cuerpo, subiendo completamente el sendero, así también hay que proceder con el ojo del alma; se trata de la educación de todas las potencias del alma, y no sólo de su potencia intelectual; es una operación que implica una vivencia, (lo que pienso, lo que hago y lo que siento: mente, corazón y acción).



La educación, por consiguiente, resulta ser el arte de la conversión del alma (de toda ella), para acercarla a la contemplación del ser y de la luz. La importancia de los mitos en diálogos de tanto calado filosóficos como La República está en su honda poesía, en su belleza literaria, y en la guía que estos relatos nos dan para orientar nuestro entendimiento de la vida.



Los mitos son ventanas luminosas que perduran en la memoria de todo lector de Platón.
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La importancia de lo interior

lunes, 28 de septiembre de 2009.

Existimos para los otros, en los ojos de los otros, nuestra identidad se constituye a través de la mirada de los otros; los ojos de los demás son nuestro espejo, miramos a nuestros rostros en los ojos de los demás. Ese es el gran problema, porque los demás no pueden ver nuestro ser interior. Así los ojos de la gente reflejan nuestra riqueza, nuestros logros mundanos, nuestra ropa de marca y cuando vemos que otros piensan que somos pobres, empezamos a inclinarnos en esa dirección.

Acumulamos objetos solo para ver que somos ricos a los ojos de los demás. Nuestra identidad está constituida por nuestro reflejo. Vivir continuamente por los demás, ese es realmente el problema: hemos nacido dentro de una sociedad, vivimos y morimos en sociedad y la sociedad significa ojos a nuestro alrededor que nos observa todo el tiempo.

Todo cuanto esos ojos reflejan nos afecta directamente y se imprime en cada uno de nosotros. Si todos piensan que somos buenas personas, comenzamos a sentirnos bien, de lo contrario, comenzamos a sentirnos mal. Nuestra identidad depende de los otros, es una hipnosis a través de los demás.

Lo que impresiona a los otros es siempre lo que posees, jamás lo que realmente eres. Cultiva la soledad, vive con los otros, pero no te dejes agotar con ellos.

¡Olvídate de los otros! Por unos minutos mira solo a tu interior, entonces sentirás el sufrimiento y la pena interior, sentirás que te encuentras vacío, en ese momento puede ser que comiences a buscar la riqueza interior, el tesoro que existe dentro de ti, no los tesoros que están esparcidos por todo el mundo.

Muchas son las riquezas externas, pero solo uno el tesoro interior. Muchas son las dimensiones y direcciones externas, pero solo una la meta interior.

Todo cuanto poseas en este mundo te será arrebatado. Sientes que posees cosas, pero cuando mueras esas cosas quedarán aquí y otro a su vez las poseerá. Tus posesiones son solo un sueño, a veces están allí, y otras veces ya no están. Si existe la vida, no es más que un esperar de la muerte. Si buscas lo eterno, estarás en la verdad. Solo puedes poseerte a ti mismo, tu Ser, es lo único que en realidad puedes poseer.
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El Sendero de la Iniciación / Dion Fortune

jueves, 20 de agosto de 2009.

Me parece que este artículo trata de forma muy clara -como todos los escritos de Dion Fortune-, un tema complejo, motivo por el cual deseo compartirlo.


La gran mayoría de nuestros semejantes están siempre dispuestos a tomar el mundo tal como lo encuentran, y mientras éste no les trate demasiado mal, están contentos. Sin embargo, algunos quieren saber lo que se oculta tras el mundo que ven, y hasta que puedan saber la contestación a ese interrogante sufren de divino descontento, ese descontento que espolea continuamente al hombre a buscar más allá del horizonte donde parecen perderse los caminos.


La mayoría de los seres humanos parecen aceptar como inevitable el sufrimiento, y salvo que se pongan en contacto personal con algún caso flagrante, o sean ellos mismos las victimas, no formulan siquiera una protesta. Otros, sin embargo, parecen estar ligados con la raza humana, que sufren con los sufrimientos de la humanidad y no pueden aceptar la felicidad o la paz para sí mismos mientras lo demás sufran y penen. En la antigüedad esos individuos eran rarísimos, pero actualmente ya son muchos, y cualquier observador verdadero de las cosas humanas no puede dejar de reconocer que existe este sentimiento de fraternidad incipiente con todas las cosas y que ese sentimiento va creciendo en intensidad.


Cuando consideramos a estas dos clases de seres humanos en relación con el problema de la Evolución, podemos ver que reaccionan diferentemente, aunque el resultado de su actividad sea fundamentalmente el mismo. Una clase trata de mejorar la Evolución mediante la aplicación de la ciencia, para apresurar los lentos procesos de la Naturaleza, mientras que la otra trata de disimular los sufrimientos que implican los planes de la Naturaleza, y tanto unos como otros tratan de adquirir conocimiento para servir más eficientemente a sus semejantes.


Si estudiamos las vidas y los escritos de estos hombres y mujeres que trataron de adquirir el conocimiento, no meramente por el conocimiento mismo, sino para poder aplicar ese conocimiento para alivio del sufrimiento humano, nos llamará grandemente la atención constatar que estas vidas tienen muchísimos puntos en común, factores que los destacan de las vidas de otras personas eminentes de otros tiempos. Generalmente tienen, desde su infancia, el presentimiento de algún trabajo que tienen que hacer, y nunca desfallecen en su vocación. Tarde o temprano se les presenta la oportunidad de realizar y nunca vacila su devoción ni su dedicación al mismo. Y luego, sean agnósticos o creyentes (rarísimas veces se encuentran ateos entre el1os), tienen la sensación de estar en contacto con algo superior a ellos mismos y de que son utilizados como instrumentos para el servicio de sus semejantes. También podemos comprobar muchas veces que estas personas, aunque frecuentemente sean de cuerpo débil, poseen una especie de poder suprahumano de resistencia cuando se encuentran al servicio de esa Potestad, que ellos invariablemente atribuyen a una fuente exterior a ellos mismos.


No puede dejar de llamarnos fuertemente la atención el hecho de que todas estas mujeres y hombres, cualquiera que sea la empresa en que se han embarcado, contemplan la vida desde el mismo punto de vista. El de la simpatía Universal. También, puede notarse, además, si los observamos muy de cerca, que algunos de ellos –no todos - comparten cierta fraseología que demuestra que tienen algo en común y que están familiarizados con algo cuya terminología está fuera de lo ordinario y que, aunque este punto no sea jamás mencionado directamente, su fraseología ha influenciado en tal forma su estilo literario que inconscientemente se desliza en sus éxitos.


Entonces vemos que estos trabajadores por la humanidad tienen cierta comunidad de carácter, y que algunos de ellos deben tener también cierta comunidad de estudios. También podemos comprobar que ninguno de ellos está contento con dejarse llevar por el lento curso de la Evolución natural y que han comenzado a nadar por su cuenta. La conciencia de sí ha trascendido el impulso ciego que los arrastraba hacia otras cosas y entonces comienzan a presentir vagamente su meta, de la misma manera en que un caballo sediento siente la presencia del agua en la invisible lejanía. Y final mente llegamos a notar que desde lejos viene una contestación y algún poder, de esos que la ciencia materialista no conoce, que parece cooperar con sus esfuerzos, guiándolos en sus dudas y ayudándolos en sus dificultades. La historia de estos individuos da pie a la creencia de que este contacto con algo superior a ellos mismos no es una ficción de la fantasía, porque ellos logran realizar lo que los seres humanos rara vez logran y con sus frágiles cuerpos han soportado y realizado lo que hubiera deshecho a los demás.¿Cuál es el poder con que se ponen en contacto estas grandes almas? La tradición esotérica afirma que han recibido la iniciación de una clase o de otra; porque hay dos clases: la física y la no física, que generalmente se reciben juntas, aunque a veces sólo se experimenta una y la otra no. La iniciación física admite al estudio de la sabiduría esotérica adquirida por generaciones de seres humanos que han investigado bajo la superficie de la existencia, que han buscado afanosamente el significado de las cosas más bien que sus formas externas. Admite al estudiante dentro de la fraternidad y confianza de estos hombres y los dispone discípulos.



La segunda forma de la iniciación es una experiencia espiritual, en la que el alma establece contacto con las Potencias superiores, siendo admitida en la Gran Fraternidad de las Almas en los Mundos Internos. De estas dos clases de iniciación, una u otra viene primero, a veces la física, la iniciación menor, es la primera, enseñándosele entonces al estudiante paulatinamente a prepararse para la experiencia espiritual. En otros casos viene primero la iniciación espiritual y entonces se coloca al estudiante, poco después, en situación de recibir la iniciación física, si así lo desea. Sin embargo, todos los Ocultistas están de acuerdo en que, aunque todos los individuos no reciban forzosamente ambas iniciaciones, la una lleva consigo siempre la oportunidad de la otra.


Ahora podríamos preguntar. ¿ Cómo puede un individuo adelantarse a la marcha de la Evolución? En primer lugar, observamos que sólo las personas de gran carácter pueden dar semejante paso. ¿Qué es lo que causa este desarrollo anormal del carácter?


La Ciencia Esotérica tiene también su explicación tradicional para este problema. Empieza por sentar la premisa de que la Evolución de la que formamos parte no es única, pues ha sido precedida por otras y será seguida por otras más. También declara que la Evolución no es un proceso ciego, mecánico y material, explicable en términos físicos-químicos, sino que constituye esencialmente un proceso mental, el advenimiento a la manifestación o corporización en forma concreta de una idea de la Mente Divina. La Ciencia Espiritual declara además que los sujetos de esta evolución pueden tomar parte y ayudar en la obra, porque tan pronto como nos volvemos conscientes de una idea que la Mente Divina está expresando, nosotros mismos nos ponemos a expresarla, le damos forma concreta y la incorporamos en nuestras vidas, tomando así sobre nosotros la obra de la Evolución. Entonces estamos cooperando conscientemente con Dios, porque es raro aquel que ha alcanzado una comprensión del objetivo mayor y que se quede pasivo. Esta gran idea fructifica dentro de uno mismo en forma tan vigorosa que se ve obligado a colonizar mentalmente, de la misma manera en que una nación fuerte y llena de vida coloniza físicamente.


Es un hecho bien conocido que los similares se atraen y que tarde o temprano somos arrastrados hacia la sociedad de nuestros semejantes. Y esto es especialmente cierto entre aquellos que se han puesto en contacto con lo Divino: Las grandes corrientes mentales que circulan por el Cosmos, en la misma forma que las corrientes magnéticas que circulan por la tierra, lo arrastran indefectiblemente a su lugar adecuado. Por este motivo la Ciencia Espiritual no sale nunca a buscar sus discípulos, pues sabe que los discípulos vendrán a ella. Nunca vemos que las logias ocultas se anuncien en los pizarrones, pero sí podemos sentir cuando se establece una corriente determinada en la mente de los seres humanos. ¿De qué manera alcanza el ser humano el punto de madurez necesaria para obtener esta profunda experiencia espiritual? Ya hemos visto que sólo las personas de un carácter especial son las que reciben la iniciación.


¿ Cómo se adquiere ese carácter?


La Ciencia Espiritual da las explicaciones necesarias de acuerdo con la doctrina de la reencarnación, ó sea la teoría de que el alma inmortal toma muchos cuerpos, adquiriendo experiencia y desarrollando su carácter en cada uno de ellos, desechando cada uno de ellos cuando ha cumplido su fin, y tomando uno nuevo para proseguir el trabajo. La Ciencia Esotérica siempre habla en términos de Evolución, mientras que el ser humano piensa en términos de una encarnación, de una sola vida y esta diferencia de punto de vista influencia fundamentalmente su actitud hacia la vida. Para el uno la muerte significa el fin de todo; para el otro es sólo el final de un aspecto o de una fase. Para uno es un cataclismo; para el otro meramente una puesta de Sol.


Si en el curso de las largas edades de la Evolución, un alma determinada demuestra aptitudes para ser educada y capacidad para aprovechar los frutos de la experiencia, en mucho mayor proporción que sus semejantes, esas Grandes Inteligencias, que son el fruto de las pasadas Evoluciones y que están cooperando conscientemente con la Mente Divina, concretando la idea abstracta del Bien, en la misma forma que lo hacemos Nosotros -cuando nos tornamos conscientes de lo Divino- , esas Grandes Inteligencias seleccionan al individuo de entre la masa de sus semejantes y comienzan a darle una enseñanza especial, no para su propio beneficio, sino porque ven en él a un futuro colaborador. Cuantos más colaboradores con la Divinidad existan para servir de levadura a la masa inerte de la vida evolucionante, tanto más rápido y fácil será el progreso de la evoluci6n. La Tradición Esotérica declara que tan pronto como una mente está lo bastante adelantada como para captar y comprender su significado, se la pone en contacto con la teoría esotérica de la Evolución, de manera que, conociendo el plan, pueda cooperar con el trabajo. Pero muchísimo antes de que el individuo esté maduro para la realización consciente de esta gran obra, su mente va siendo adiestrada, disciplinada y preparada convenientemente, antes de que la consciencia individual se dé cuenta del proceso a que ha sido sometida, momento en que el individuo sigue el trabajo por su propia cuenta.


Si se recupera la memoria de las vidas pasadas de esos individuos, mediante los procedimientos conocidos por la Ciencia Espiritual, puede verse claramente todo el proceso de la preparación y adiestramiento, mostrando las distintas vidas en su tipo particular de experiencia y siendo todo su curso muchísimo más lleno de acontecimientos y aventuras que el de sus semejantes. En pocas vidas se han condensado así muchísimas aventuras. Su educación es también mucho más penosa y dura, pero junto con el fardo más pesado viene también una fortaleza más grande. Vida tras Vida esta concentraci6n de experiencias sigue adelante hasta que finalmente el individuo es conducido hasta el punto en que recibe la iniciación física, generalmente en algún grado menor, pero que, sin embargo, sirve de punto de partida para la oportunidad. Al estudiar esas memorias suele llamar la atención el hecho de que ese individuo frecuentemente aparece vinculado a algún templo u otro centro de conocimiento esotérico, en algún puesto de poca jerarquía, tal como el de cuidador auxiliar o funcionario en la rutina de los rituales.


La primera cosa con la que traba conocimiento es con el ritual, la forma exterior. Pero eso basta para despertar la curiosidad, y si una mente puede ser estimulada a hacer alguna pregunta, ello demuestra que está pronta para recibir la respuesta.


Si contemplamos la historia de este individuo, lo veremos avanzar y retroceder como las olas del mar, de acuerdo con el empleo que haga de sus oportunidades, pero si realmente es un triunfador y va a convertirse en uno de los iniciados mayores, lo vemos avanzar firmemente a pesar de todos los obstáculos, abriéndose el camino gradualmente hasta los conocimientos más profundos. Lo vemos encarnación tras encarnación, recibiendo las iniciaciones de los Misterios de su tiempo y raza, utilizando las experiencias de cada vida como punto de partida para la próxima. Es de interés notar que lo que se adquiere una vez no se pierde jamás. La capacidad y la aptitud subsisten aunque la memoria desaparezca y todo lo que se ha aprendido se almacena en la subconsciencia y va constituyendo los cimientos del carácter. En cada una de sus vidas vemos como recapitula rápidamente los progresos hechos en sus vidas anteriores, hasta llegar al punto en que lo dejó en la última, para comenzar inmediatamente el laborioso proceso de adquirir las nuevas experiencias. Este hecho explica los rápidos progresos logrados por algunas, mientras que otros tienen que abrirse el camino trabajosamente, pero recordemos siempre que el trozo de camino que hoy recorremos tan penosamente, será recapitulado rápidamente cuando la aurora de una nueva encarnación aparezca en nuestra existencia.



Consideremos ahora lo que ocurre en nuestra vida actual si hemos seguido ese camino en el pasado. Para empezar tenemos que recapitular lo pasado. Tan pronto como empezamos a pensar por nosotros mismos nos encontramos en el punto en que quedamos al partir. Aunque no tengamos todavía los datos reales sobre los cuales podamos basar nuestras opiniones, encontramos que nuestra mente ya posee ciertas conclusiones, las cuales, para los que no ven las cosas desde nuestro punto de vista, parecen prejuicios irrazonables. Sin embargo, forman parte tan intrínseca de nuestro ser interno que ninguna prueba ni argumento nos puede hacer vacilar; sabemos en la misma forma que sabemos que tenemos pies y manos, porque este conocimiento ha sido infundido en nosotros por siglos de experiencia y la presión de una sola vida es insuficiente para obligarnos a salir de esas sendas tan grabadas. Así es como ocurre que una persona pueda pasarse toda la vida sin encontrar la menor simpatía o apoyo para sus puntos de vista, y, sin embargo, mantenerse firme. Pero tarde o temprano, quizás no sea antes que en el momento de morir, será atraída hacia la compañía de sus hermanos y compañeros.


Estas ideas parecen como si fueran inherentes a la mente y por eso se recuperan enseguida y cada vislumbre fugitivo que tenga relación con la materia se graba en la memoria, como si tuviera una fascinación peculiar propia. Todos recordamos, sin duda alguna, haber leído muchas novelas, cuyo argumento se nos ha olvidado por completo, pero que, si ha habido en ellas la menor referencia a los Misterios, esto si lo recordamos. Todos los estudios de esta naturaleza vienen con facilidad al estudiante, porque en realidad no está aprendiendo sino revisando; no está introduciendo nuevas ideas en su mente por primera vez, sino que está recordando conscientemente lo que yacía subconscientemente en él mismo. Una gran parte de nuestra subconsciencia persiste de vida en vida. La mente consciente es lo que tenemos que construir de nuevo en cada encarnación.


El estudiante recuperará de su subconsciencia muchos recuerdos de cosas que ha aprendido en el pasado, los cuales él mismo está dispuesto a tomar por revelaciones, ya que son tan extrañas a su conciencia normal; no es probable, sin embargo, que el estudiante, en esta etapa de su carrera, se ponga a leer "Recuerdos Akashicos", sino más bien que esté explorando las profundidades de su propia mente subconsciente, cuyo contenido es muchísimo más grandioso de lo que él pudiera sospechar.


Esta derivación o extracción de conocimientos de la subconsciencia puede ser tomado muchas veces por el estudiante como un auxilio o enseñanza proveniente del exterior, y, aunque este error sea común, no debe por ello colegirse que ese auxilio externo no se produzca también. En realidad, dicho auxilio está siempre presente y todo depende del poder que tengamos para aprovecharnos del mismo.

El auxilio exterior siempre viene al estudiante cuando ha adelantado suficientemente para que pueda beneficiarse con ello, y muchos son los que podrían contar cómo la "casualidad" se presentó ante ellos tantas veces seguidas, que hubiera sido imposible negar que algo la motivaba. Sin embargo, debemos recordar que el poder de la mente sobre las circunstancias es tan grande, que nunca debiéramos cometer el error de mirar afuera antes de haber mirado adentro. Por lo demás, podemos hacer mucho para conseguir lo que deseemos utilizando el poder de la mente. Es muy difícil sobreestimar el poder de un deseo claramente formulado y continuado.

Es así como el deseo formulado se lanza a la búsqueda del Maestro y no tiene que ir muy lejos. Si el estudiante es realmente digno, encontrará enseguida su recompensa mediante la sensación de que ha logrado establecer ese contacto mental o se encontrará con que la "casualidad" lo ha puesto en contacto con alguna fuente de información oculta y de adiestramiento, y que su trabajo consciente puede comenzar inmediatamente.


La puerta está abierta: puede recorrer la Senda
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